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El Foro de la Memoria descubre restos de un quinto cuerpo en la fosa de Turanzas
La Nueva España - 18/04/2006



Ricardo Prieto y María Dolores Sánchez, primero y tercera por la izquierda, sentados, junto a otros familiares de los fusilados de Celorio cuyos restos yacen en la fosa de Turanzas.


La asociación solicitará que los cadáveres, pertenecientes a vecinos de Celorio fusilados en 1937, sean levantados el próximo fin de semana

Turanzas (Llanes),

Rebeca AJA

Seis meses de meticulosa investigación culminaron el pasado jueves con el inicio de las primeras excavaciones en la finca conocida como la «Llosa Pita», en la localidad llanisca de Turanzas, muy cerca de la capilla de San Joaquín. El primer intento de descubrir la fosa común a la que fueron arrojados, en 1937, los cuatro republicanos de Celorio asesinados por el franquismo fracasó. El equipo de cuatro arqueólogos y casi una treintena de voluntarios de la Federación Estatal de Foros de la Memoria decidió trasladar la excavación de superficie a otra zona de la finca próxima a un muro de piedra. Fue entonces cuando comenzaron a aparecer, entre tierra y roca, los primeros restos humanos. Junto a ellos, varios casquillos de fusil tipo Mauser y un orificio de bala en el cráneo de uno de los cadáveres acreditaban la muerte violenta de las víctimas.

El trabajo de compilación documental y oral de la asociación Foro por la Memoria apuntaba a la existencia de cuatro cadáveres. Sin embargo, a lo largo de este fin de semana los arqueólogos localizaron un fémur que no se correspondía con los cuatro cadáveres inicialmente localizados. Ha sido el primer indicio del enterramiento de un quinto cuerpo en la fosa común de Turanzas, donde, de momento, los trabajos de superficie se han detenido hasta el próximo fin de semana.

El presidente del Foro por la Memoria del Oriente de Asturias, Francisco Javier de la Fuente, ha explicado que será el próximo sábado a primera hora cuando se retomen las tareas de limpieza de los cuatro cadáveres completados y cuando se intentará proceder al levantamiento de los cadáveres. La determinación de la identidad de los fallecidos se efectuará a través de las pruebas de ADN. El proceso de identificación suele ser largo, «cerca de un año, explica Miguel Ángel Muga, responsable jurídico de la Federación Estatal de Foros por la Memoria.

El fin último del protocolo de actuación elaborado por el colectivo es la «judicialización» de los hechos, algo a lo que «los jueces son reacios», señala Muga. Ese protocolo promueve la investigación judicial sobre los hechos y sus responsables, y la identificación de los cadáveres para devolver la dignidad a las familias.
Por su parte, el presidente de la Federación Estatal, José María Pedreño, ha exigido el compromiso del Gobierno en la recuperación de la memoria. Pedreño ha explicado que las asociaciones tienen unas limitaciones y que debe ser el Estado el que asuma ese protocolo de actuación. En el caso de Turanzas, son treinta los voluntarios llegados de distintos puntos del país que, altruistamente, están colaborando. El hecho de retornar a sus respectivos trabajos durante los cinco días laborales obliga a aplazar hasta el fin de semana próximo las excavaciones. Hasta entonces nadie del equipo es ajeno al «miedo atroz al vandalismo» que, según Francisco Javier de la Fuente, supone dejar una excavación al aire libre. Para salvaguardar los restos hallados (que deben permanecer en la fosa hasta su levantamiento ante el juez), los responsables del Foro han solicitado protección policial al Ayuntamiento de Llanes y a la Delegación del Gobierno en Asturias.
La fosa común de Turanzas y la memoria de quienes allí han permanecido enterrados durante 69 años estarán especialmente protegidas por los familiares de los cinco vecinos de Celorio a quienes la investigación apunta que pertenecen los restos de la «Llosa de Pita»: Rogelio Prieto Cue, Alberto Crespo Martínez, Ricardo Hartasánchez Prieto, Arturo Cue Rozada y Pedro Francisco Sánchez Lledías. Fue la hija de este último, María Dolores Sánchez Fernández, el primer familiar que se puso en contacto con el Foro de la Memoria del Oriente de Asturias para tratar de conocer dónde podían yacer los restos de su padre, alcalde de barrio de Celorio durante la República por el Partido Socialista. Ricardo Prieto tenía 6 años cuando a su padre, Rogelio Prieto, ganadero y elaborador de sidra, se lo llevaron. Ahora, octogenario, asegura sentirse «feliz» porque ya sabe que su padre «está ahí».