Excavaciones

ENTRE DOS CRUCES. Sobre la excavación de Bercial de Zapardiel.
Antonio García González - 28/09/2003

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Dos cruces labradas con una hoz en los troncos de dos pinos han servido de señal para encontrar los restos de cuatro segadores asesinados en Bercial de Zapardiel en 1936.

Los trabajos para exhumar los cadáveres de ocho segadores de La Parra, asesinados en un pinar situado a las afueras de Bercial, han dado como resultado el hallazgo de cuatro de los cuerpos en una de las dos fosas situadas en el paraje Fuente de la Burra.

Los primeros restos han sido descubiertos a las 11.15 horas. La emoción se ha desbordado en ese momento, entre familiares y otras personas que han querido estar presentes en momentos tan emotivos.

Los trabajos, impulsados por el Foro por la Memoria de Avila, han servido para descubrir los cadáveres de Santos Quitián de Gregorio, que tenía 49 años cuando fue fusilado el 30 de agosto de 1936 junto a sus compañeros Rafael Fuentes González, de 26, Galo Plasencia y Pedro Fuentes Vázquez, de 40. Sus restos deberán ser estudiados e identificados, tras las pertinentes pruebas de ADN.

Esta actuación se prolongará durante "cuatro o cinco semanas más", según el presidente nacional del Foro por la Memoria, José María Pedreño, para encontrar los cadáveres de los otros cuatro segadores ejecutados por los falangistas el 6 de septiembre del mismo año. Este colectivo está integrado por expertos en este tipo de excavaciones, historiadores y psicólogos, que atienden a los familiares.

El descubrimiento de las fosas ha sido posible gracias a las dos cruces profundas, realizadas aquel día con una hoz en sendos pinos, por uno de los compañeros de los segadores asesinados. Su nombre no figuraba en la lista de los falangistas que los asesinaron.

En la segunda fosa se espera encontrar en próximos fines de semanas los cuerpos de Fernando Tejero Gregorio, Angel Monsaya Bueno, de 53 años, y los hermanos Benito y Basilio Fuentes Monsaya, de 37 y 38 años respectivamente. Todos ellos se habían trasladado desde La Parra, en plena zona republicana, a Bercial de Zapardiel, para trabajar como segadores.

“No teníamos la culpa de estar en la zona roja”, ha señalado emocionada Agapita Monsaya, de 75 años e hija de Angel Monsaya bueno, a quien se ha referido con lágrimas en los ojos como una persona que “sólo trabajaba para su familia”. “Mi padre era un obrero”, ha añadido, a la vez que recordaba cómo en su casa, pese a ser pobres, “nunca faltó de comer”.

"A mi abuelo le quitaron la historia y eso no es justo", ha comentado Marta García, nieta de Angel Monsaya Bueno, mientras acompañaba a su madre, que contemplaba "muy sensibilizada" los trabajos de exhumación. Agapita Monsaya se ha referido con desprecio hacia las personas de La Parra que incluyeron tanto a su padre como al resto de jornaleros en la lista para que fueran fusilados y ha descrito el "miedo" con el que vivieron durante años en el pueblo al que ya no quiere regresar.

Con una foto de su padre en la mano, ha destacado cómo la madre de "los canallas" que facilitaron los nombres de los segadores, dejaba a escondidas en su casa "trozos de jabón, chorizo...", mientras su madre hacía lo propio con ella y la dejaba "botellas de aceite".

"Me hago de cruces por tener la sensibilidad tan grande que tengo, pese a que ya han transcurrido 67 años de aquello", señalaba Agapita Monsaya.

Por su parte, Luisa Fuentes, hija de Basilio Fuentes Monsaya y sobrina de Benito Fuentes Monsaya, ha dicho tener un sentimiento de "alegría y tristeza" al mismo tiempo, aunque lamentó que "esto no se haya hecho antes".

Los propietarios de los terrenos en los que se encuentran estas dos fosas han dado su autorización para llevar a cabo las exhumaciones, mientras que el dueño de los terrenos donde se cree que fueron asesinados cinco vecinos de Narros de Saldueña el 8 de septiembre de 1936, ha denegado el permiso.