Exhumados los restos de
cuatro segadores fusilados en 1936 en Bercial de Zapardiel
www.aviladigital.com - 28/09/2003
Dos cruces grabadas con el filo
de una hoz, una en cada árbol del pequeño pinar,
recuerdan y señalan un lugar olvidado por muchos desde
hace 67 años. La Fuente de la Burra, escenario en Bercial
de Zapardiel del fusilamiento de varios segadores de La Parra,
tras la siega, han contemplado la exhumación, ayer,
de los restos de cuatro de esos jornaleros que murieron bajo
las balas de los falangistas. El Foro por la Memoria de Ávila
ha liderado esta iniciativa.

Costillas,
fémures, restos de una suela de uno de los zapatos
aparecen entre la tierra removida de una finca que lleva varias
décadas destinada al cultivo del cereal, por lo que
muchos de los hallazgos aparecen fragmentados, fruto del trabajo
de las tareas de labranza.
Fernando Tejero, Rafael Fuentes, Galo Plasencia
y Pedro Fuentes se encontraban la noche del 30 de agosto,
una vez finalizada la siega en La Moraña, durmiendo
en la era del patrón para el que trabajaban, en Madrigal
de las Altas Torres. El chivatazo desde La Parra
de la posibilidad de que algunos de ellos estuvieran afiliados
a un sindicato agrario o fueran partidarios de los partidos
de izquierdas les condenó a muerte.
Fusilados y olvidados
Un grupo de falangistas decidió sentenciarlos a morir
fusilados y permanecer en el olvido durante 67 años
en una fosa común en la Fuente de la Burra, a los pies
del pinar donde dos cruces hicieron las veces de lápidas.

En la mañana de ayer, en la misma finca
donde fueron fusilados y enterrados y gracias al permiso de
su propietario, el equipo multidiciplinar del Foro por la
Memoria de Ávila iniciaba, a las nueve, las primeras
tareas de excavación para exhumar los restos.
Según José María Pedreño,
presidente estatal del Foro por la Memoria, las tareas se
alargarán cuatro o cinco fines de semana.
Los miembros de esta asociación trabajan los fines
de semana "por convicciones políticas, humanitarias,
sociales,...", compaginando con sus trabajos las exhumaciones
de restos, que se realizan en más de 25 provincias
españolas. Es una deuda que tiene la democracia
con ellos, muy importante en un momento en que está
resurgiendo el fascismo en muchas zonas del mundo. Ya no hay
revanchismo, sólo necesidad de que se reconozca la
historia. Una historia que escribieron los ganadores.
La psicóloga del Foro por la Memoria
ha acompañado a los familiares, según recomendaciones
Amnistía Internacional o Cruz Roja. Lágrimas
de emoción, de desahogo, de tristeza, se mezclan con
el alivio de "descargarse" de una losa que se ha
llevado durante décadas encima. Durante la dictadura
de Franco, no podía mencionarse el asunto, de modo
que el silencio se ha agrandado con el paso de los años.

Tres fosas en Bercial de Zapardiel
Una semana después del fusilamiento de los primeros
segadores, el 6 de septiembre del año 1936, otros cuatro
jornaleros, Fernando Tejero, los hermanos Benito y Basilio
Fuentes y Ángel Monsaya correrían la misma suerte,
muriendo fusilados en la misma finca, tras ser trasladados
desde las localidades cercanas de Cabezas del Pozo y Fontiveros.
Ayer, la hija de Ángel Monzaya, Agapita
Monsaya, de 73 años de edad, afirmaba, ante la fosa
abierta, su desconcierto por la emoción que sentía
por algo que pasó hace más de seis décadas.
Agapita muestra la foto de su padre, del que
guarda recuerdos a pesar de que murió cuando ella tenía
apenas seis años. Me silbaba para que bajase
las escaleras y fuera a recibirle a la puerta, donde me daba
algún torrezno o un trozo de chorizo de su almuerzo,
relata, con lágrimas en los ojos.
Mi madre no lloró nunca por la
muerte de mi padre, asegura Agapita. Sabemos quién
dio el chivatazo en La Parra, explica, "y ahora
sí que me atrevería a decirles todo lo que no
he dicho en mucho tiempo". Nacida en La Parra, abandonó
esta localidad del Tiétar, a la que "no me quedaron
ganas de volver".
Luisa Fuentes Fuentes, de 73 años, nacida
en La Parra y vecina de Arenas de San Pedro, perdió
a su padre y a su tío, los hermanos Basilio y Benito
Fuentes Monsaya, en el fusilamiento del 6 de septiembre de
1936, en Bercial de Zapardiel. Tenían que haber
hecho esto antes, se lamenta.
Patricia García Robledo
pgarcia@aviladigital.com

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