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Ian Gibson: 'La guerra acabará cuando se dé entierro digno a esos cadáveres'
Artículo publicado en El Día Digital de Córdoba. Septiembre 2003


A mediados de los sesenta el irlandés Ian Gibson llegó a Granada con el propósito de investigar en el espeso silencio de la dictadura las circunstancias de la muerte de Federico García Lorca. Hoy, 28 años después de la muerte de Franco, algunas voces, tímidas, reclaman enterramientos dignos para los muertos de aquella feroz contienda, entre ellos para el propio Ian GIBSON. El escritor e investigador ultima su biografía de Antonio Machado.
Han debido de transcurrir casi 30 años desde el fin de la dictadura para que algunos familiares reclamen la búsqueda de los cadáveres de los muertos en la Guerra Civil.

- Usted, que ha investigado la tragedia de aquellos años, ¿cómo interpreta este fenómeno?
'Para mí va a ser el final de la Guerra Civil. Mientras no se encuentren y se dé tierra a esos cadáveres no habrá terminado la guerra. Sus familiares tuvieron 40 años para buscar esos muertos, pero no pudieron hacerlo, había muchísimo miedo. Y luego vino el pacto de silencio, 28 años desde la muerte de Franco. Hoy es el momento de buscar y dar un entierro digno a esas víctimas, que son muchas, quizá 30.000. Es imprescindible que se haga porque hasta entonces no se habrá cerrado esa terrible herida.'

- Para llegar a este punto, ¿era necesario un cambio generacional o culminar un largo proceso de madurez?
'Ambas cosas. Para que la Transición pudiera funcionar se hizo un pacto. La izquierda fue más generosa que la derecha, pero todos los partidos optaron por no remover esas heridas y físicamente no mover los terrenos. Se perdió mucho con esto pero también se ganó. Se perdió la memoria, muchas personas murieron sin hablar, gente que vivió intensamente la guerra. Pero en cambio se pudo llegar a la situación actual, con una democracia estable.'
- Cuando usted inició su investigación sobre García Lorca en los años 60 supongo que debió de emplear muchas argucias para obtener datos de primera mano.
'Había mucho temor a implicar a la gente. Y luego, la dificultad de encontrar documentación. Los del bando ganador se sentían muy protegidos y podían mentir a sus anchas. Cada noche decían algo diferente. Era muy difícil encontrar un dato, una fecha.'

- ¿Cuántas versiones ha oído usted contar sobre la muerte de García Lorca?
'Centenares. Por eso quiero que se descubra el cuerpo, que al menos sepamos dónde está. Yo tengo mucha confianza en lo que me dijo el enterrador Manuel Castilla, pero no he vuelto a conversar con él. En 1966 él reconoció el sitio y yo creo que está allí, pero quiero que se busque para lograr un dato aunque sea negativo. Hay quien sostiene que cambiaron de lugar el cadáver de García Lorca, pero ¿y los de los otros tres? Creo que tenemos derecho a saber. La familia Lorca parece que se opone pero nosotros tenemos el derecho a saber. Lorca es un emblema de lo que pasó, es la víctima más conocida internacionalmente. Y es un deber rescatar lo que quede de él.'

-¿Usted piensa que se buscará finalmente el cuerpo?.

'Estoy convencido de que se va a hacer, y además pronto. Si se descubre el cadáver, ¿estaría dispuesto a revisar su biografía? Por supuesto. Si se descubren cosas que discrepasen con mi versión lo haría. Yo soy un servidor de la verdad. Si me he equivocado o los testigos mentían o exageraban lo volveré a escribir. Pero si se descubre el cuerpo en el lugar donde me dijo Manuel Castilla será uno de los momentos más felices de mi vida porque habré contribuido a conocer los últimos momentos de Federico. Eso y la voz. Yo moriré feliz si logro escuchar la voz del poeta. Estoy convenido de que en Buenos Aires hay una grabación. ¿Imagina lo que sería contar con una grabación de Lorca recitando, no sé, el Romance sonámbulo? La gente que lo ha descrito sostiene que era sobrecogedor. En Granada, como si fuera una respuesta del subconsciente colectivo, han ido desapareciendo la mayoría de los lugares relacionados con Lorca o con su muerte. Puede haber algo de eso. Granada es un sitio muy complicado, raro, de muchos odios, envidia y resentimiento. Mucho odio soterrado hacia lo musulmán. Ha sido un sitio aislado del resto de la nación, ahora no tanto gracias a las autovías. Viene de antiguo. Ahí está el testimonio del Navaggiero, el embajador de Venecia, cuando visita a Carlos V, y le dice que en Granada todo se está arruinando. Es un sitio raro, con el peso de la Alhambra y del Carlos V, dos palacios vacíos. Allí los que destacan tienen muchos problemas, y los que salen y vuelven se encuentran con actitudes muy negativas. Los ganadores de la guerra tuvieron 40 años para aclarar el crimen de Lorca, pero tuvimos que venir un inglés y un irlandés loco para buscar algo.'