Artículos y Documentos

Marcha contra el olvido. Un centenar de personas participa en el recorrido por las fosas comunes del cementerio organizado por Fòrum per la Memòria
Levante y El País - 19/06/2006




J. V. Gámir, Valencia

El olvido es el peor enemigo de la historia, pero siempre hay asociaciones dispuestas a combatirlo. Fòrum per la Memòria organizó ayer un recorrido por las cinco fosas comunes del Cementerio General de Valencia y por la del Cementerio Civil. Un centenar de personas acudió al llamamiento de la presidenta del colectivo, Amparo Salvador, quien desde el principio dejó claro el propósito de la visita. «Ya que el ayuntamiento las mantiene en la clandestinidad, vamos a enseñarlas», aseguró.

Los cálculos de Fòrum apuntan a que, entre el 1 de abril de 1939 y el 31 de diciembre de 1.945, 26.300 víctimas de la represión franquista fueron enterradas en las cinco fosas comunes del Cementerio General -5.039 en los cuadros tercero y cuarto de la fosa de la sección séptima derecha, 2.232 en la de la octava derecha, 9.531 en la de la sección décima, 8.363 en la de la quinta izquierda y 1.135 en la de la quinta derecha- y entre 500 y 1.500 en la fosa del Cementerio Civil. Salvador incluye en la consideración de víctimas no sólo a los represaliados políticos, sino también a quienes murieron por las duras condiciones de vida de los primeros años de la posguerra. «Aquí las fosas estaban hechas de forma industrial para que en el menor espacio cupiese el mayor número posible de personas», explicó Salvador sobre la fosa de la sección quinta izquierda, ahora cubierta por nichos y hormigón. Algo parecido ocurre con la de la sección octava derecha, situada en la actualidad bajo hileras de tumbas individuales que pudieron haberse construido sobre los cadáveres de los represaliados. Y lo mismo podría haber ocurrido con la de los cuadros tercero y cuarto de la sección séptima derecha, donde el ayuntamiento ejecutaba las obras para construir 1.020 nichos hasta que los tribunales paralizaron la obra.

Llamamiento contra el ultraje

Asistieron al recorrido tanto familiares de víctimas del franquismo, como Fermín Guijarro -cuyos padre y tío fueron represaliados- o Helios Torroba -cuya familia desconoce el paradero de su tío abuelo desde que se atrevió a gritar ¡Viva la República! cuando los vencedores de la guerra bajaron la bandera tricolor del mástil del Hospital General-, pero también gente que, como Empar, no sólo no guardaba relación con los enterrados, sino que además provenía de familias simpatizantes del bando golpista. «Contad lo que habéis visto. Luchemos por conservarlo y no dejemos que se ultraje más a las víctimas del franquismo», les espetó Salvador al finalizar el acto.


Paseo contra el olvido en el cementerio de Valencia

El Fòrum per la Memòria organiza una visita guiada a las fosas comunes donde fueron enterradas víctimas del franquismo

EL PAÍS - 19-06-2006

Laia, de 29 años y con su bebé en brazos, quiere saber más sobre la represión franquista en Valencia. Helios Torralba, de 72 años, busca datos sobre su tío abuelo, que desapareció en 1939 por gritar "¡viva la República!" mientras retiraban la bandera tricolor en el antiguo Hospital Provincial de Valencia. Ambos formaron ayer parte de un grupo de un centenar de personas que acudió a una visita guiada al Cementerio General de Valencia organizada por el Fòrum per la Memòria del País Valencià. Un paseo contra el olvido y para lograr que se conserven las fosas comunes en las que fueron sepultadas víctimas de la posguerra y la dictadura, como pidió Amparo Salvador, presidenta del Fòrum y encargada ayer de mostrar los lugares en los que, según el registro del cementerio, cinco sepulturas colectivas acogieron miles de cuerpos entre 1939 y 1945. Una parte de las fosas ya no son visibles porque sobre ellas se construyeron nichos, en algún caso sin exhumar primero los restos, sospecha el Fòrum.

La visita a la memoria histórica comenzó en el antiguo cementerio civil, donde fueron arrasadas lápidas hace unos años para plantar césped. En ese lugar, y en parte de las secciones quinta izquierda y derecha -hoy ajardinada con una gran cruz en medio- testimonios de la época aseguran que fueron lanzados muchos cuerpos de republicanos ajusticiados. "No figuran en los registros", destacó Salvador.

El grupo de visitantes mezcló a jóvenes que sólo han conocido la democracia y escuchaban con atención, y a mayores que padecieron la miseria de la posguerra y cuentan sus vivencias. Como Julio Estellés, de 80 años, cuya infancia recorre los montes de Chelva y Tuéjar para llevar comida al maquis. O su esposa, Rosa Redondo, de 76, que cuenta muchas noches en vela sin saber si a Julio no lo habrían detenido de nuevo. "No queremos venganza, pero sí memoria. Quieren borrar el recuerdo de la República, todo vestigio del mal hecho", sentencia Estellés.

Sus críticas van dirigidas al intento del Ayuntamiento de Valencia, gobernado por el PP, de levantar un millar de nichos sobre la fosa común de la sección séptima derecha. La alcaldesa, Rita Barberá, desoyó la petición de conservar el lugar, recordó ayer el concejal socialista Matías Alonso. Pero un juzgado paró la obra a petición del Fòrum y estudia su demanda, que exige un estudio riguroso de la fosa y un monumento a las víctimas del franquismo. "No dejemos que esto quede en el olvido", concluyó Salvador.