Vigo: Memoria do 36 estudia recurrir ante la justicia la decisión de conservar la cruz de O Castro
«Hay una ley que debe cumplirse; no es cultura ni está en un lugar sagrado», alega
05.03.2013
C. PREGO El último informe del Concello que rechaza el derribo de la Cruz de O Castro no marcará el punto y final de las gestiones de la Asociación Viguesa pola Memoria Histórica do 36 para eliminar el monumento. Su responsable, Telmo Comesaña, avanzó ayer que el colectivo estudiará cómo continuar su «batalla». «Habrá que analizar si cierra la puerta de la vÃa administrativa y, en el caso de que asà sea, se acudirá a la contenciosa», apuntan. Mientras, Memoria do 36 mantiene otra causa paralela en el Tribunal Superior de Xustiza. El reciente documento municipal responde a las alegaciones presentadas en febrero por la asociación, cuando conoció la negativa del Gobierno local a satisfacer sus exigencias.
«El proceso continuará; no se para. Si es necesario haremos incluso las concentraciones necesarias», lanza Comesaña. «Hay una ley que se debe cumplir, asà que será el juez quien se pronuncie». En su opinión, el argumento empleado por el Concello de que, en 1981, la primera corporación municipal -con Manoel Soto a la cabeza- aprobó por unanimidad «reconvertir» la cruz en un monumento a todos «los muertos de la Guerra Civil» no es válido. «Que se cumpla la Ley de Memoria Histórica», insiste.
El informe rubricado por el secretario del pleno reconoce que, al erigirse, en 1961, la cruz «supuso un agravio inútil, una humillación innecesaria, un sufrimiento añadido y una afrenta absurda para aquellas personas que no secundaron la ideologÃa de la Dictadura». Ese significado habrÃa desaparecido sin embargo al retirarse los sÃmbolos y leyendas franquistas en los años 80. «Tras 30 años sin que en el monumento consten escudos, emblemas o inscripciones que recuerden o exalten la sublevación militar, la Guerra Civil o la represión de la Dictadura, es eso, una cruz», recalca el Concello.
Desde Memoria do 36 se remiten a los argumentos expuestos ya en febrero. «La cruz no es un sÃmbolo religioso, sino un monumento conmemorativo de la sublevación militar golpista de 1936, de la dictadura fascista que asoló el paÃs durante 40 años y de los horrendos crÃmenes cometidos por los falangistas y fascistas». Esa postura se acompaña por un informe del historiador José Ramón RodrÃguez Lago, en el que, según la asociación, se constata que, «sin lugar a dudas», el monumento «representa un elemento conmemorativo relevante de la exaltación militar golpista». «La retirada en los años 80 de algunos sÃmbolos escultóricos falangistas, no impide constatar en la actualidad que su ubicación, su estética y el mismo diseño aquitectónico que lo inspiró se corresponden todavÃa inequÃvocamente con la transmisión de los valores propios del modelo falangista», continúa el colectivo olÃvico en las alegaciones que presentó.