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La destrucción de la ciencia en España. Depuración universitaria en el franquismo
Luis Enrique Otero Carvajal (dir),Mirta Núez Díaz-Balart, Gutmaro Gómez Bravo, José María López Sánchez, Rafael Simón Arce, La destrucción de la ciencia en España. Depuración universitaria en el franquismo. UCM-Editorial Complutense, Madrid, 2006, 366 páginas. Prólogo de Carlos Berzosa.
(Kaos en la Red, 26-07-2007)


Salvador López Arnal

 

En el prólogo que el actual rector de la Universidad Complutense de Madrid ha escrito para este volumen se expone la finalidad perseguida: “honrar la memoria de los profesores de la Universidad de Madrid que vieron interrumpidas sus carreras como consecuencia del proceso depurador puesto en marcha por la dictadura franquista” (p. XII) y saldar con ello una deuda con todos los profesores de la entonces Universidad Central que tuvieron que exiliarse o que sufrieron un penoso y difícil exilio interior. Salvo Francisco Ayala, la mayoría de ellos ya han fallecido.

 

Los efectos del atropello son conocidos: se destruyó la edad de plata de la ciencia española, después de que por primeravez en nuestra historia las aportaciones de científicos españoles figuraran, aunque no fuera en primera línea, en el mapa de la ciencia europea y mundial. No sólo fue, claro está, ese efecto social negativo, ese enorme traspiés de nuestra historia. Los dramas humanos que la persecución conllevó en la comunidad científica española,como ocurrió en otros numerosos ámbitos, son conocidos y recordados.

 

La destrucción de la ciencia en España incluye cinco trabajos, dos anexos y un interesante apartado de cuadros, resúmenes y listas. En “La memoria de los profesores depurados de la UCM”, Mirta Núñez Díaz-Balart argumenta que “la medicina fue uno de los sectores donde el bisturí franquista amputó auténticos linajes de médicos ilustres” (p. 12). En “La destrucción de la ciencia en España”, Luis Enrique Otero Carvajal, el director de la edición del ensayo, traza una sucinta historia de la ciencia española desde 1900 hasta 1939, y en “La depuración de la Universidad de Madrid” da cuenta de la represión ejercida en las facultades de Medicina, Físicas, Químicas, Naturales, Farmacia, Exactas, Derecho y Filosofía y Letras. Gutmaro Gómez Bravo -“Del expediente de depuración y otras responsabilidades”-, traza un cuadro del marco normativo depurador, de los expedientes e informes de aquellos años y abre su artículo con un texto de obligada cita: “La evidencia de sus conductas perniciosas para el país hace totalmente inútiles las garantías procesales que en otro caso constituyen la condición fundamental de todo enjuiciamiento” (p. 149). José María López Sánchez, en “El exilio científico republicano en México: la respuesta a la depuración”, analiza las aportaciones de los científicos trasterrados en el generoso país de acogida.

 

En el primer anexo se traza un imagen sucinta de 37 científicos represaliados (entre ellos, personalidades de la talla de Luis Jiménez de Asúa, de Juan Negrín López, de José Barrinaga Mata o de Pedro Salinas Serrano) y en “Declaraciones inculpatorias” se recogen los testimonios de Rafael Folch Andreu, Miguel Hernández Ascó, José María del Corral García y Sixto Cámara Tercedor. Una anexo de cuadros, listas y series cierran el volumen (pp. 313-347), junto con una poblada bibliografía. En la relación de catedráticos de Universidad que figuran separados definitivamente del servicio, noviembre de 1939, figuran los normes de 106 catedráticos españoles republicanos que fueron expedientados y expulsados de la Universidad.

 

Los delatores e informantes fueron diversos. Los informes sobre Luis Jiménez de Asúa, el gran jurista de la Constitución republicana, son testimonio de ello. La dirección general de Seguridad, la GESTAPO española, informaba sobre él el 12 de junio de 1940 en los términos siguientes: “Ha tenido actuaciones destacadísimas como favorecedor de la FUE y perseguidor de los estudiantes de derechas y ha tomado parte en infinidad de conferencias y mítines salido de Madrid a los pocos días del asesinato de Excmo. Sr. D José Cavo Sotelo, siendo destinado a Praga, haciendo en esta ciudad cuanta propaganda pudo a favor de la causa roja, y parece ser que en la actualidad se encuentra en la Argentina”. La Parroquia de la Concepción, otra agencia informante, añadía cinco días más tarde: “Según referencias es persona de ideas de extrema izquierda, afiliado al partido Socialista por el que fue diputado, corruptor y envenenador de las ideas de la juventud universitaria y uno de los principales responsables de la desdichas y desgracias que ha padecido España”. Un mes después, el 17 de julio de 1940, el “profesional” Colegio de Abogados señalaba: “Ardiente defensor de la causa marxista; colaborador constante de los gobiernos del frente Popular con los que ha desempeñado altos cargos públicos; enemigo del GMN al que atacó duramente; defensor de todo lo que significara desorden y alteración de los obreros rojos y socialistas. Huyó a Valencia, se le supone en el extranjero. Ha sido expulsado de esta Corporación por su evidente desafección a la misma”. Ese misma día Falange señalaba: “Formó parte de la diputación Permanente de las Cortes tomando parte en los debates contra las derechas. Se significó en la discusión contra las congregaciones religiosas y haberes del clero”.

 

No sólo fue desde luego el mal causado durante la guerra y la inmediata postguerra. Un ejemplo: Blas Cabrera (1878-1945), un gran físico español, decisivo en la creación de una competente tradición científica en su ámbito, que asistió, por ejemplo, a la 6ª Conferencia Solvay celebrada en Bruselas en 1930, tuvo que exiliarse, estableciéndose en México. Su hijo, Nicolás Cabrera (1913-1989) volvió a España ya en la década de los setenta para montar un grupo de física en la Universidad Autónoma de Madrid, uno de los dos grupos modernos y fuertes de física españoles en el que participó durante dos años el destacado físico catalán Oriol Bohigas, el de la conjetura Bohigas-Giannoni-Schmit. Mientras tanto, treinta y seis años de dictadura franquista dificultaron el resurgimiento y desarrollo de la ciencia en España.

 

El franquismo no fue sólo el origen del destierro de tantos y tantos científicos, o de la marginación y anonimato de tantos otros, sino no fue tampoco un sistema que estimulara la ciencia, si divulgación, su aprendizaje, la investigación libre. Nunca fue un sistema ilustrado que apostara por la ilustración. El coordinador del volumen lo señala así: “Las bases ideológicas y culturales de la dictadura del general Franco representaron un retroceso de alcance histórico para el débil y frágil entramado científico español. El exilio, que significó la sangría de una parte sustancial del capital humano de la cultura española, incluido el componente científico, provocó una descapitalización que tardó decenios en ser solventada” (p. 3).

 

Ficha técnica:

 

La destrucción de la ciencia en España. Depuración universitaria en el franquismo

Autor: Luis Enrique Otero Carvajal (dir.)

Materia: Historia

Páginas: 384

Formato:17 x 24

Encuadernación: Rústica

 

Año:2006

ISBN: 978-84-7491-808-3

Ref.: 0100.235

P.V.P.: 20 €

 

http://www.editorialcomplutense.com/ecsa.html

 

Con este libro la Universidad Complutense quiere honrar la memoria de los profesores de nuestra universidad que vieron interrumpidas sus carreras, tuvieron que emigrar o fueron condenados a un duro exilio interior, como consecuencia del proceso depurador de la dictadura franquista. Un homenaje a todos aquellos profesores que protagonizaron la llamada Edad de Plata de la ciencia y la cultura españolas. (Del prólogo de Carlos Berzosa Alonso-Martínez. Rector de la Universidad Complutense de Madrid)

 

El proceso depurador fue particularmente intenso en la Universidad de Madrid. La separación definitiva de sus puestos de numerosos profesores destruyó el tejido científico que a lo largo del primer tercio del siglo XX había permitido el despegue de la Ciencia en España. Se desmantelaron enteras escuelas científicas, sin importar el coste que para la ciencia del país acarrease, como la de Histología, fundada por Ramón y Cajal; la de Fisiología, alentada por Juan Negrín; la de Psiquiatría y Neurología, impulsadas por Gonzalo Rodríguez Lafora. Las Ciencias Naturales, impulsadas por la ingente labor de Ignacio Bolívar Urrutia; La Física y la Química; la Historia; la Filosofía; el Derecho y la Filología quedaron también seriamente dañadas.

 

Luis Enrique Otero Carvajal, profesor de Historia Contemporánea de la UCM, Vicedecano de la Facultad de Geografía e Historia;

Mirta Núñez Díaz-Balart, profesora de la Facultad de Ciencias de la Información de la UCM;

Gutmaro Gómez Bravo, profesor de Historia Contemporánea de la UCM;

José María López Sánchez, profesor de Historia de la Universidad de Tamaulipas, México;

Rafael Simón Arce, doctor en Historia por la UCM.



http://www.kaosenlared.net/noticia.php?id_noticia=38891