La guerra en 200 páginas
Julián Casanova integra por primera vez en una historia del conflicto español las investigaciones más recientes sobre la represión y la ayuda extranjera
El historiador Julián Casanova integra por primera vez en una historia breve y divulgativa del conflicto español las investigaciones más recientes sobre la represión y la ayuda extranjera
PUBLICACIÓN DE ‘ESPAÑA PARTIDA EN DOS’
ERNEST ALÓS. BARCELONA
Las clásicas historias de la guerra civil en formato breve y divulgativo (las de Hugh Thomas, Paul Preston, Gabriel Jackson…) han envejecido. Les han seguido otras obras más centradas en el antes negligido aspecto militar, como las de Beevor y Pérez Reverte, o multitud de monografÃas que, en las últimas dos décadas, a base de investigar en archivos, exhumar testimonios de las vÃctimas y debatir sobre la memoria histórica, han renovado la información disponible sobre la intervención internacional, el papel de la Iglesia y la represión en ambos bandos. En este panorama queda un vacÃo que intenta llenar Julián Casanova con España partida en dos (CrÃtica): una historia de la guerra civil en 200 páginas que integra por primera vez las aportaciones de los Viñas, Raguer, Moradiellos, Miralles, Espinosa, el propio Casanova…
El libro, de hecho, es la traducción de un tÃtulo publicado el año pasado en el Reino Unido. ¿Un libro pensado inicialmente para un lector no español no necesitarÃa una adaptación? Casanova no lo cree: en su opinión, la mayor parte de los españoles, por no hablar de los estudiantes de secundaria y universidad, son también «extranjeros» respecto a su propio pasado. «Hay varias generaciones cuya información sobre la guerra civil depende más de los afectos familiares y de la propaganda que de la educación», lamenta el catedrático de Zaragoza.
Pero a la ignorancia cabe añadir el falseamiento, especialmente el de los pseudohistoriadores revisionistas, «los voceros neofranquistas». «Es falso que inevitablemente fuese a llegar una masacre, que la polÃtica española durante la república no fuese democrática, que la guerra empezase en 1934…»
En un libro de estas dimensiones «no hay grandes descubrimientos», advierte, pero sà se reflejan las últimas investigaciones. Entre los tópicos a desmontar, la sumisión de NegrÃn a la URSS, el papel del Ejército («no estaba unido: hubo guerra civil no solo por la resistencia popular sino precisamente porque gran parte del Ejército y las fuerzas de seguridad no secundaron el golpe») y la especificidad del caso español («todas las repúblicas creadas en Europa el periodo de entreguerras cayeron por el avance de los totalitarismos»)…
La guerra lenta
Casanova, eso sÃ, sigue sosteniendo la teorÃa del interés de Franco por una guerra lenta, de exterminio del adversario. E, historiador del anarquismo, pide que la mÃtica republicana no oculte el papel represivo sobre las otras fuerzas de izquierdas de los comunistas, en la lÃnea, una vez más, de lo que estaba sucediendo en todo el continente.
Por cierto, ¿qué opina Casanova sobre la más reciente y al mismo tiempo eterna polémica, la responsabilidad de Santiago Carrillo en las ejecuciones de Paracuellos? «Evidentemente tiene un papel en Paracuellos, y después lo cambia y reinventa. En un contexto como el sitio de Madrid, Carrillo creÃa en la aniquilación del adversario».
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